Hago la pausa para comer en la oficina, momento que aprovecho para poder poner el telediario y ver qué es lo que está pasando en el mundo. Una vez pasado todo el bloque de política nacional e internacional, la noticia no es otra que el calor y las imágenes de la gente disfrutando de un día de playa. De lunes a domingo hasta que vuelva el otoño y, con él, un poco más de fresco. Por la noche, el noticiario sigue la misma estructura.
Así que mi cabeza sitúa el viernes como día para poder formar parte de esas grabaciones y ser yo quién esté disfrutando de un soleado día enfrente del mar. ¿En cuál iré? La suerte de España es que playas bonitas no faltan, y esperemos que perduren. Pero una vez allí, intento que no sea siempre el mismo esquema; arena, sol y agua. Y quizás algo de chiringuito.
Siempre me ha gustado aprovechar el medio y practicar deporte. El surf o windsurf me llaman poderosamente la atención, pero es complicadísimo. Me faltan hora de práctica, pero no lo abandonaré. Aunque me gustaría probar disciplinas como el flyboard o el parasailing. O por el contrario, debutar en el mundo del buceo. Seguro que son realmente alucinantes.
Pero no todo tiene que ser en el agua. Me encanta pasar largos tiempos dentro, pero pasarlo bien en la arena es otra posible alternativa. ¿Quién no desea jugar a las palas para amenizar su día bajo el sol? Haces deporte y te bronceas, un dos por uno en toda regla. A veces pienso en mi etapa de niño, de cuando iba al apartamento de mis tíos e íbamos con mis primos a una playa de Roses (Girona) para hacer volar cometas. Nos inventábamos historias de lo que ocurría en el aire, gracias a la brisa marítima que levantaba nuestro juguete mágico. Un día me tocará enseñar a mí hacer volar cometas.
También me gusta ir a desconectar. En playas abarrotadas es complicado, pero me divierte escuchar conversaciones ajenas. ¿Quién no lo hace? Para desconectar voy a pequeñas calas de difícil acceso. Estar en contacto con la naturaleza me llena las pilas de una manera difícil de explicar. Y a media tarde me gusta coger mi caña e ir a pescar. Ese momento de paz entre el mar, la caña y yo. Nada más. Me gusta poder relajarme haciendo pasar las horas.
Pero de momento sigo sentado en mi mesa de oficina, con aire acondicionado que me hace más llevadera mi jornada laboral. Pensando en que ya es viernes y que toca fin de semana de playa. De momento tengo pensado un par de días de tranquilidad, así que el deporte lo dejaré para la próxima semana. ¡Feliz viernes y a por el finde!
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