Como cada primer domingo de mayo volvemos a tener el especial día de la madre. Un día para felicitar a todas las madres y agradecerles lo que hacen por sus hijas e hijos y familia. Aunque ellas digan que son felices con todo el trabajo familiar, nunca está de más tener un detalle con ellas, porque cualquier acto de cariño hacia ellas se queda pequeño.
Pero no me quiero poner más sentimental. Es algo que quería escribir. Ahora os quiero contar algunas de las ideas que barajé para este domingo. No voy a decir, en este post, la sorpresa que le tengo preparada, porque aunque me diga que no, se la espera igualmente. Y mi madre me lee.
Estuve pensando en lo clásico: un fin de semana, algo que necesite para la casa, un libro? De momento está previsto ir a comer cerca de la playa, porque nos encanta el mar. Por ahí tampoco irá la sorpresa.
Luego estuve pensando que le haría ilusión. La verdad que siempre le han gustado los espectáculos. Siempre que puede va al teatro, a mi madre le apasiona ver alguna obra de teatro, de danza, de magia, monólogos? Le queda cerca de casa y pasa un rato agradable junto a su marido. Me vino la inspiración.
Obviamente no podía hacer algo parecido si pasábamos el día fuera de casa y sin un espacio privado para la actuación. Así que decidí mezclar algo material con una experiencia personal. Y estoy más que satisfecho.
El pasado año, y coincidiendo cerca de su 50º cumpleaños, le decidimos regalar con mi hermana y hermano un crucero por los fiordos noruegos. Antes de que cogieran el vuelo hacia Oslo, fuimos a comer toda la familia y así estar más cerca del aeropuerto. En esa ocasión pedimos al restaurante un espacio apartado y que el camarero fuera algo peculiar, un camarero falso. La verdad es que reímos mucho y es algo que recomendamos siempre.
Pero un año más llega el primer domingo de mayo y es un buen tiempo para pasar juntos. ¡Felicítala! ¡Felicítate por tenerla a tu lado!