En el calendario hay muchos días internacionales y otros nacionales que merecen ser destacados. Por encima de cualquier otro, solemos destacar el día del padre y de la madre. Y es que nunca está demás dedicarles una jornada para agradecerles todos los esfuerzos que han hecho para nosotros y poder compartir muchos más momentos.
Ahora me gustaría explicaros una anécdota personal que viví junto con mi padre. En el año 2001, cuando yo tenía 8 años, nos fuimos de excursión a visitar unas cuevas para celebrar mi cumpleaños. La verdad que de pequeño sentía curiosidad para la espeleología. De camino se me rompió la suela del zapato y no quise decir nada para evitar que me regañaran. Pero al caminar me hacía mucho daño y no podía disimular más. Fue entonces cuando mi padre se dirigió a mí y me dijo que no pasaba nada por decir que se me habían roto las zapatillas y que esas estaban muy viejas. Pero, ¿cuál fue mi sorpresa? De repente se sacó de la mochila un regalo y eran ¡unas zapatillas nuevas!
Quizá os puede parecer una obviedad, pero me gustó el gesto que sin decirle nada él ya se había anticipado a lo que podría pasar. Esto es el motivo por el que siempre cuidan de nosotros, aunque no lo percibamos. Por esto y mucho más debemos siempre tener un agradecimiento hacia ellos.
Pero el problema viene cuando quieres tener un pequeño detalle para celebrar su día. Entonces me viene la eterna pregunta, ¿algo material o una experiencia? La verdad que cada vez me es más difícil poder regalar algo material, a no ser que me pida algo expresamente. Por eso opto para tener alguna vivencia más con él y con la familia. Hay cada vez más alternativas y cada cuál mejor que la anterior. Y, ¿por qué no?, reglarle un décimo del Día del Padre. Por si toca…
Así que me he propuesto realizar una breve lista con cinco ideas. Son estas:
- Si es del buen comer y del buen beber una experiencia enológica puede ser interesante. Pero para sorprenderle podrías apuntarlo a un curso de cortador de jamón. Así cuando lo corte en la próxima comida familiar se habrán acabado la bromas de los tacos XXL de jamón.
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Un clásico que no falla nunca es un álbum fotográfico familiar, donde poder recordar los mejores momentos que hemos pasado junto a él.
- Apúntalo a un curso de baile. Necesitará una pareja y tu madre no se librará. Entonces podrás comer pizza en el sofá sin que te digan nada. Esto no sé si es para él o para ti.
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El teatro es siempre una buena opción, no se mueve y te ofrece muchas alternativas. Puedes traerlo a ver un buen monólogo que le haga reír toda la tarde y noche, en musical que le sorprenda o la obra que hace su actor o actriz en ese momento.
- Si a tu padre le encantan los dulces puedes siempre prepararle una merienda y elaborarla junto con tus hermanos, hermanas y madre. Piensa en cupcakes o hacerle un pastel decorativo con motivos familiares. Le encantará encontrarse con esos pequeños detallitos.