El cumpleaños marca una fecha importante en el calendario que es celebrada en todo el mundo. Este es un día lleno de alegría y emoción. Se organiza una fiesta, hay una preciosa tarta y muchos regalos. Pero ¿te has preguntado alguna vez por qué ponemos velas en el pastel? Nosotros te desvelamos el misterio.
El curioso origen de las velas en el pastel de cumpleaños
Colocar velas en el pastel de cumpleaños es una tradición milenaria propia de la cultura occidental. Nadie sabe exactamente el motivo por el cual se colocan velas en la tarta, pero los historiadores han investigado esta costumbre a lo largo de la historia hasta llegar a los antiguos griegos. La mayoría de ellos asegura que esta tradición empezó en la Antigua Grecia donde los griegos preparaban pasteles de miel redondos como la luna llena. Estos dulces eran colocados en el altar de la Diosa Artemisa. Los griegos colocaban sobre los pasteles una vela encendida para imitar la luz de este satélite. Finalmente, los fieles soplaban la vela con el fin de que su humo ascendiera hasta la divinidad, para conceder sus deseos. Por lo tanto, se cree que fueron los antiguos griegos los precursores de la tradición de encender y soplar las velas de la tarta de cumpleaños. No obstante, los expertos sostienen que esta tradición está ligada al uso de las velas en las religiones occidentales. Ahondemos un poco más en el tema.
Alemania en la edad mediaUno de los orígenes de colocar y soplar velas en la tarta de cumpleaños se remonta hasta la Alemania de la Edad Media. Durante esta época los alemanes celebraban los cumpleaños haciendo una especie de pan de masa endulzada, el Geburststagorten, cuyo envoltorio tenía forma del niño Jesús. Es importante resaltar que los alemanes eran unos excelentes fabricantes de velas y las utilizaban en medio del pastel para representar “la luz de la vida”. Como dato curioso cabe decir que cada vela tenía 12 marcas que simbolizaban los años del 1 al 12. Estas velas se quemaban el tiempo suficiente para marcar la edad que cumplía el niño ese año.
Lo cierto es que a los alemanes se les reconoce varias celebraciones relacionadas con el origen de los cumpleaños llamadas Kinderfests. En el siglo XVIII a los niños se les daba una tarta con dos velas. La primera de ellas simbolizaba la vida y la segunda los años venideros. Estas velas se mantenían encendidas durante todo el día y se cambiaban por otras en el caso que se consumiesen antes de tiempo. Al final del día, el niño soplaba las velas pidiendo un deseo que ascendería al cielo para ser escuchado mediante el humo.
Otra leyenda coloca a Alemania en el origen de colocar las velas en el pastel de cumpleaños. Un manuscrito del siglo XVIII demuestra que en Alemania también se ponía un número de velas muy pequeñas en la tarta, igual a la edad que cumplía el niño, más otra en el centro del pastel.
Por último, debemos subrayar que esta tradición no solo se remonta a Alemania. En la época de Alejandro III de Macedonia, los criados iluminaban con velas la estancia donde dejaban la comida de cumpleaños del emperador al no existir aún la electricidad. Lo cierto es que esta costumbre resultaba una celebración pagana para los cristianos, ya que lo más tradicional para ellos era celebrar la muerte de los santos en lugar de su nacimiento. Sin embargo, después de que la Iglesia declarara la Navidad como celebración del nacimiento de Jesús, esta costumbre pasó a ser aceptada también por el cristianismo.
Muchas historias y leyendas que no se pueden afirmar con total seguridad, pero que, sin duda, marcaron el comienzo de una tradición que sigue viva en todo el mundo.
Por qué soplamos las velas de cumpleaños
En parte ya hemos explicado un poco el motivo de por qué soplamos las velas de cumpleaños. No obstante, vamos a entrar más a fondo en el tema. Como hemos dicho en la antigüedad las velas eran consideradas como luz de vida. Y se solían utilizar en los altares como símbolo de reverencia a Dios. Esto era debido a que se creía que el humo de la llama de la vela ascendía para llevar los deseos hasta el cielo. Es precisamente de esta creencia de donde parte la tradición de soplar las velas en los cumpleaños.
Otra de las teorías habla de utilizar las velas para espantar a los espíritus malvados que suelen rondar en torno a los seres más vulnerables. Por este motivo, se protegía a los niños en el día de su cumpleaños con el encendido de velas sobre la tarta. Pero como hemos visto, en el siglo XVIII los pasteles de cumpleaños dejaron de ser solo para niños, ya que algunos nobles encargaban hornear dulces de gran tamaño para poder incluir una vela por cada año de vida en ellos.
En definitiva, soplamos las velas por la antigua creencia de que el humo llevará nuestro deseo hasta Dios para que se cumpla. Por esta razón, es importante que las velas de la tarta desprendan bastante humo al soplarlas. Es el vehículo que conducirá nuestros anhelos de cumpleaños al cielo. Pero, ¡cuánto han cambiado las cosas! Hoy día, por salud, se recomienda no soplar las velas, a fin de evitar la propagación de virus. Es más. Hay personas que creen que esta tradición trae mala suerte. Se dice que al soplar las velas se pierde la magia del deseo. Otras supersticiones indican que este gesto se ha de hacer siempre rodeado de la gente que más nos quiere. Es decir, es de mal augurio soplar las velas de tu cumpleaños solo.
Cómo se celebran los cumpleaños en otros países
Esta tradición milenaria de celebrar el día de nuestro nacimiento se ha ido extendiendo con el paso del tiempo por todo el mundo. Sin embargo, cada país tiene su propia cultura y, por lo tanto, su manera personal de festejar el cumpleaños. Por ejemplo, en China se celebra el primer mes de vida con toda una ceremonia en la que participan familiares y amigos. Pero ¿sabías que en la cultura oriental los niños cuando nacen tienen ya un año? Esto significa que en el momento que celebran su primer cumpleaños ya tienen dos años de vida. Curioso, ¿verdad? El cumpleaños en China no tiene tarta ni velas. En su lugar lo celebran comiendo el “tallarín de la longevidad” y colocando sobre la mesa varios objetos como plumas, flores, monedas, etc. El niño debe escoger uno de ellos para prever cuál será su destino.
En Irlanda, cuenta la tradición, que los niños se sostienen boca abajo y se les golpea muy suavemente contra el suelo por cada año cumplido. Es como nuestro particular tirón de orejas, pero un poco menos arriesgado ¿no te parece? En Jamaica la costumbre es llenar de harina al cumpleañero sin importar la edad que tenga. Otra tradición curiosa es la que se da en Dinamarca. Allí es habitual llenar la cama de regalos mientras el cumpleañero duerme. ¡Menuda sorpresa nada más despertar! Los habitantes de Vietnam son mucho más prácticos. Directamente no celebran los cumpleaños. Para ellos el día de Año Nuevo todos cumplen un año más y listo. Ideal para los que odian las fiestas. Por último, no podemos dejar de mencionar las fiestas de cumpleaños en México en las que su tradicional piñata es indispensable.
No importa cómo te guste celebrar tu cumpleaños. El caso es que lo hagas rodeado siempre de buena compañía y que cuentes siempre con los servicios de Partfy.